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LA CLÍNICA TAVISTOCK "IGNORÓ" LA RELACIÓN ENTRE AUTISMO Y MENORES TRANSGÉNERO


Esta es una traducción del artículo original:


Se denuncia que el personal estaba tan decidido a impulsar una política favorable a los menores transgénero que algunos pacientes fueron considerados "daños colaterales".

Por Gordon Rayner, Editor Asociado. 14 febrero 2023 • 12:01am


Según un nuevo libro, la clínica Tavistock ignoró las pruebas de que el 97,5% de los menores que querían cambiar de sexo padecían autismo, depresión u otros problemas que podrían explicar su infelicidad.

El 97,5% de los menores que querían cambiar de sexo padecían autismo, depresión u otros problemas que podrían explicar su infelicidad.

El personal de este centro del Servicio Nacional de Salud (NHS) estaba tan decidido a impulsar una política favorable a los transgénero que los menores que podían no serlo fueron considerados "daños colaterales" por los médicos, que tachaban de “tránsfobos” a los que lo ponían en duda, según un denunciante.


Siete de cada diez menores presentaban más de cinco "rasgos asociados", como maltrato, ansiedad, trastornos alimentarios o acoso escolar, y un trabajador social calculó que tan sólo 1 de cada 50 menores tratados en la clínica habría seguido siendo transgénero de por vida si no se les hubiera administrado la controvertida terapia farmacológica.

Siete de cada diez menores presentaban más de cinco "rasgos asociados", como maltrato, ansiedad, trastornos alimentarios o acoso escolar
Tan sólo 1 de cada 50 menores tratados en la clínica habría seguido siendo transgénero de por vida si no se les hubiera administrado la controvertida terapia farmacológica.

Una psicóloga clínica que trabajaba en la Clínica Tavistock estaba "horrorizada" ante la posibilidad de que menores muy vulnerables estuvieran recibiendo erróneamente tratamientos farmacológicos irreversibles tras ser derivados a la clínica, pero la discusión sobre el tema fue cerrada por sus colegas, dijo.


Las afirmaciones aparecen en el libro Time To Think: The Inside Story of the Collapse of the Tavistock’s Gender Service for Children, de Hannah Barnes, periodista del programa Newsnight de la BBC, que se publica el 23 de febrero.


El libro, basado en más de 100 horas de entrevistas con médicos y pacientes, describe una clínica desbordada por la demanda y sometida a la creciente influencia de organizaciones benéficas para personas transgénero.


Según el libro, menores de tan sólo 10 años eran remitidos a especialistas para que les recetaran fármacos bloqueadores de la pubertad, y otros eran remitidos tras una consulta de tan sólo 20 minutos.


El Servicio de Desarrollo de la Identidad de Género para menores del NHS (GIDS), con sede en la clínica Tavistock and Portman NHS Foundation Trust de Londres, cerrará a finales de este año tras ser criticado en una revisión independiente realizada por la Dra. Hilary Cass. Será sustituido por clínicas regionales después de que la Dra. Cass afirmara que tener un único proveedor de servicios de identidad de género "no era una opción segura ni viable a largo plazo".


El libro revela que algunos miembros del personal del GIDS estaban preocupados por los niveles de autismo y TDAH en los menores que se les remitían, y temían estar medicando innecesariamente a niños/as autistas.


Trastorno del espectro autista


Se cree que menos del dos por ciento de los menores del Reino Unido padecen un trastorno del espectro autista, pero según los propios datos del GIDS, alrededor del 35 por ciento de los menores remitidos "presentan rasgos autistas de moderados a graves".

Aunque se cree que menos del 2% de los menores del Reino Unido padecen un trastorno del espectro autista, según los propios datos del GIDS, alrededor del 35% de los menores remitidos "presentan rasgos autistas de moderados a graves".

En 2000, la única auditoría clínica de pacientes llevada a cabo por el GIDS reveló que más del 25% de los pacientes remitidos habían pasado algún tiempo en centros de asistencia, en comparación con el 0,67% de la población general.


Los menores remitidos al GIDS tenían diez veces más probabilidades que la media nacional de tener como progenitor a un delincuente sexual registrado, mientras que el 42% había perdido a uno de sus padres por muerte o separación, y el 70% presentaba más de cinco "características asociadas", como ansiedad, depresión, abusos, autolesiones, acoso escolar, trastornos alimentarios o intentos de suicidio.

Anna Hutchinson, ex médica del GIDS entrevistada para el libro, "temía estar contribuyendo a un escándalo médico, en el que un servicio del NHS no se paraba a pensar qué más podía estar ocurriendo con tantos de estos menores vulnerables", señala la autora. Sólo el 2,5% de los menores atendidos en la clínica no tenían problemas asociados.

Los menores remitidos al GIDS tenían 10 veces más probabilidades que la media nacional de tener como progenitor a un delincuente sexual registrado
El 70% presentaba más de cinco "características asociadas", como ansiedad, depresión, abusos, autolesiones, acoso escolar, trastornos alimentarios o intentos de suicidio.

El título del libro, Time to Think, hace referencia a la razón que daban los médicos para proponer administrar bloqueadores de la pubertad a menores que se identificaban como transgénero. Alegaban que, al retrasar el inicio de la pubertad con los fármacos, los menores tendrían más tiempo para pensar en lo que querían y discutir con los profesionales la causa de su infelicidad, antes de que sus cuerpos sufrieran los cambios propios de la pubertad.


Sin embargo, en 2016 salió a la luz que casi todos los menores remitidos para la administración de bloqueadores de la pubertad pasaron a tomar hormonas cruzadas, lo que les daría algunas de las características físicas del sexo opuesto.

en 2016 salió a la luz que casi todos los menores remitidos para la administración de bloqueadores de la pubertad pasaron a tomar hormonas cruzadas, lo que les daría algunas de las características físicas del sexo opuesto.

La Dra. Hutchinson dijo a Hanna Barnes que le parecía que los bloqueadores de la pubertad podrían haber estado confirmando una identidad trans en lugar de simplemente detener la pubertad: "Me quedé horrorizada porque de repente pensé: 'Oh Dios, Oh Dios'". Empezó a preocuparle que el GIDS se estuviera equivocando al derivar a menores traumatizados, maltratados, autistas o simplemente homosexuales para que se les administraran bloqueadores de la pubertad, pero afirmó que el personal hizo caso omiso de la idea sobre dichos fármacos.

Dra. Hutchinson dijo que los bloqueadores de la pubertad podrían haber estado confirmando una identidad trans en lugar de simplemente detener la pubertad

Andrea Walker, antigua trabajadora social de una clínica satélite del GIDS en Leeds que habló con un nombre falso, estimó que "sólo el 2% o el 3%" de los menores atendidos por el personal habrían seguido identificándose como transgénero de por vida si no se les hubiera remitido a intervención médica.


Su estimación coincide en líneas generales con las creencias de Domenico Di Ceglie, fundador del GIDS en 1989, quien afirmaba que sólo el 5% de los pacientes realizarían la transición y entre el 60% y el 70% serían homosexuales. Estudios realizados en otros lugares habían demostrado que para la mayoría de los jóvenes que sufrían disforia de género de niños, su deseo de cambiar de sexo desaparecía durante la pubertad.

Domenico Di Ceglie, fundador del GIDS en 1989, afirmaba que sólo el 5% de los pacientes realizarían la transición y entre el 60% y el 70% serían homosexuales.

Algunos miembros del personal del GIDS temían que menores que se habrían reconciliado con el cuerpo con el que habían nacido se vieran privados de esa oportunidad por el consumo de fármacos.


La Dra. Hutchinson dijo: "Al grupo 'no trans para toda la vida' simplemente no se le da una segunda oportunidad". Se les considera 'daños colaterales'".

La Dra. Hutchinson dijo: "Al grupo 'no trans para toda la vida' simplemente no se le da una segunda oportunidad". Se les considera 'daños colaterales'".

Mermaids

Hanna Barnes relata en el libro cómo la organización benéfica transgénero Mermaids ejercía una enorme presión sobre la clínica para que los menores se medicaran a una edad más temprana y para que se les recomendara la cirugía, y uno de los médicos afirmaba que eran "absolutamente atacados [por Mermaids] simplemente por intentar pararse a pensar con [los niños]".

La organización benéfica transgénero Mermaids ejercía una enorme presión sobre la clínica para que los menores se medicaran a una edad más temprana y para que se les recomendara la cirugía

La Sra. Walker afirmó que la decisión de la clínica de eliminar el límite de edad de 12 años para enviar a los menores a una evaluación de administrar bloqueadores de la pubertad se debió a que una clínica holandesa había tomado esa medida y a que "Mermaids quería que ocurriera".


Una antigua paciente, llamada Harriet, que fue entrevistada para el libro, se sometió a una mastectomía y luego destransicionó para volver a vivir como una mujer. Dijo que sólo necesitaba a alguien que escuchara sus problemas de adolescencia, pero que en lugar de eso le pusieron rápidamente bloqueadores de la pubertad.


Dijo: "Me siento un poco como si despertara de una pesadilla o recuperara el control de mi mente después de que otra persona se hiciera cargo".


Un portavoz de la clínica Tavistock dijo: "El GIDS trabaja caso por caso con cada joven y su familia, trabajando de forma reflexiva y holística con ellos para explorar su situación, sin ninguna expectativa de cuál podría ser el resultado correcto para ellos".


"Sólo la minoría de los jóvenes atendidos en el servicio son remitidos para intervenciones físicas. En la Clínica Tavistock and Portman, apoyamos incondicionalmente a nuestro personal para que plantee sus preocupaciones, y recientemente hemos reforzado nuestros mecanismos para hacerlo. Las preocupaciones relacionadas con el bienestar de los jóvenes se toman en serio y se investigan".


Un portavoz de Mermaids dijo "Si bien defendemos las necesidades de los jóvenes transgénero, el enfoque de Mermaids es y siempre ha sido apoyar a nuestros usuarios de servicios que están, en la actualidad, luchando con la falta de claridad de NHS Inglaterra sobre los futuros servicios especializados de género para niños y jóvenes, así como los tiempos de espera inaceptables de más de tres años para acceder a un tratamiento que salva vidas.”


"No proporcionamos asesoramiento clínico, sino más bien apoyo emocional e información para aquellos que luchan con su identidad de género, y no pretendemos interferir en las decisiones clínicas privadas tomadas entre un joven y sus profesionales de la salud, sobre las que no tenemos ninguna influencia."

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