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Reseña:
Se muestran varios casos de personas jóvenes que han desistido o detransicionado
Tony (24) empezó a tomar hormonas a los 18 años, cuando decidió emprender un camino de transformación.
Pidió ayuda en una asociación donde asegura que sufrió «un lavado de cerebro», pero justo antes de hacerse la operación de cambio de sexo cambió de opinión y acudió a una organización para personas que quieren volver a atrás. «Ahí entendí que solo era una niña a la que le gustaban cosas de "niños", pero eso en realidad es un constructo social. Yo estaba en el cuerpo correcto».
A Peter, de 5 años, le gustan las muñecas, los vestidos de princesas, el maquillaje. Lleva las uñas pintadas. Su padre cree que esto es «simplemente parte de su personalidad» o «una etapa», mientras que su madre considera posible que sea una niña trans y está en un grupo de Facebook que apoya a progenitores de menores transexuales.
La tensión entre ambos es evidente durante la conversación con ABC. «Sí, tenemos un conflicto entre nosotros por todo esto», confiesan, ya que ella preferiría «aceptar de una vez que es trans y listo, entre más pronto lo aceptemos, más fácil será para todos».
Su padre se niega en redondo: «Solo tiene cinco años, le gustan las cosas de niñas pero eso no significa que sea una de ellas. Lo único negativo son las burlas de la gente, pero la sociedad debe aceptar que cada quien se vista con lo que le de la gana».
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