Esta es una traducción del artículo original de PITT:
Cuando mi hijo tenía 13 años, me anunció que era trans. El me lo dijo y se lo dijo a sus amigos. Buscó consejo online y sacó sus conclusiones. Estaba seguro, dijo triste. Él quería nuevos pronombres, un nuevo nombre, nueva ropa.
Lloré, le abracé. Le dije que por supuesto que lo amaría y lo apoyaría pasara lo que pasara, que él era mi precioso hijo y que haría cualquier cosa por él. Le dije todo esto porque era verdad. Y porque también creí que yo tenía que “ayudarle” a ser él mismo y, si él decía que era “trans”, pues entonces, por supuesto, que él era una niña atrapada en el cuerpo de un chico. Difícil para él, pero eso pasa algunas veces. Creí lo que yo había escuchado en las fuentes de medios liberales y en los grupos de iguales. ¿Por qué no?
Creí lo que yo había escuchado en las fuentes de medios liberales y en los grupos de iguales. ¿Por qué no?
Pero entonces pensé en mi hijo castrándose a sí mismo trastocando su sistema endocrino y me sentí mal…
No parecía algo en lo que aventurarse sin comprender realmente de qué iba todo aquello. Además, era un niño al que todavía tenía que recordarle todos los días que se cepillara los dientes.
Así que me levanté. Decidí probar otra cosa que “transicionar” inmediatamente a mi adolescente, social o médicamente.
Dije, oye, eres un niño y deberías centrarte en el colegio, y tener una vida saludable. Y estás en la pubertad, un tiempo de confusión para todo el mundo. No te pongas etiquetas ahora. Es demasiado restrictivo. Mantengamos el statu quo y veamos cómo te sientes cuando seas adulto. Estos son asuntos de adultos e ideas de adultos de las que no tienes que preocuparte en este momento y a tu edad. Él estuvo de acuerdo en darse una oportunidad, porque me respetaba y creía en mi juicio, pero también me dijo que el nunca cambiaria de idea. Así era él y yo tendría que acostumbrarme. Terminamos la conversación con un abrazo incómodo y con el entendimiento, por ahora, de que estaríamos de acuerdo en estar en desacuerdo.
Durante el siguiente año. Descubrí y eliminé sus accesos secretos al porno, y los accesos online a sus “amigos” que le estaban ayudando a encontrar a su verdadero yo, sus videojuegos con avatares de chica, abandoné el terapeuta "afirmativo" que me dijo que podía tener una hija viva o un hijo muerto. Con el tiempo lo libré, se involucró en actividades escolares, pasó tiempo al aire libre y desarrolló algunas habilidades nuevas para fortalecer su confianza. Hizo algunos nuevos amigos. No hablamos de lo trans. Él no insistió, y yo tampoco.
Gradualmente. Muy gradualmente, advertí un cabio en él. Mayor confianza, más alto que nunca, orgulloso de su apariencia y mejorando académicamente. Me mantuve vigilante de sus actividades online, aparentando dejarle libertad, mientras lo salvaguardaba de un daño real. Y se hizo mayor, y más maduro y así progresó con naturalidad a través de su pubertad, esa edad de transición hacia la edad adulta. Contuve la respiración pero nunca mencioné el tema trans. Él tampoco.
Un día, a los 15 años, me dijo que ya no se sentía trans, como si no tuviera importancia. Simplemente ya no se sintió así nunca más. Eso fue todo. Sin fanfarria, sin llanto, sin drama. Fue tan anticlimático.
Un día, a los 15 años, me dijo que ya no se sentía trans, como si no tuviera importancia. Simplemente ya no se sintió así nunca más. Eso fue todo. Sin fanfarria, sin llanto, sin drama. Fue tan anticlimático. Esta cosa trans era tan importante para mí que había dominado cada momento de mi vida desde el día que me hizo su anuncio trans. Estaba tan preocupada por él, su salud y futuro. Para él, en cambio, no fue gran cosa, y está deseando olvidarlo y dejarlo atrás como un par de calcetines viejos..
Todo el proceso, desde el "soy una niña, lidia con eso", hasta "sí, ya no me importa eso", tomó alrededor de un año y medio. Desde entonces he conocido a otros con la misma historia. Sus hijos, tan seguros de sus identidades trans, tan seguros de que morirían si no se afirmaban y hacían la transición, simplemente crecieron cuando los dejaron en paz.
Si alguien te dice que los niños nunca cambian de opinión, simplemente "saben" cuándo son trans, eso es una mentira deliberadamente ignorante. Pasa todo el tiempo. No hay evidencia de que ser trans sea un estado innato, y personalmente he visto que los niños cambiar de opinión sobre este tema.
No hay evidencia de que ser trans sea un estado innato, y personalmente he visto a niños cambiar de opinión sobre este tema.
Si alguien te dice que los niños nunca cambian de opinión, simplemente "saben" cuándo son trans, eso es una mentira deliberadamente ignorante. Pasa todo el tiempo. No hay evidencia de que ser trans sea un estado innato, y personalmente he visto a niños cambiar de opinión sobre este tema.
Esto, sinceramente, no debería sorprender en absoluto a ninguna de las personas que tienen hijos o han sido niños (es decir, todos). Todos estamos en un estado de flujo, evolucionando, creciendo. Es la naturaleza de la humanidad y especialmente la naturaleza de los humanos jóvenes cuyos cerebros aún se están formando y madurando.
Mi hijo dejó de ser trans, pero sigue siendo un adolescente vulnerable susceptible a las modas y contagios. Todavía necesita que le recuerden cepillarse los dientes.
Puede cambiar de opinión nuevamente o aferrarse a una nueva moda nociva como las drogas, o a los trastornos de la alimentación, o al juego o... ¿quién sabe? Es por eso por lo que los niños necesitan a sus padres, para guiarlos y protegerlos mientras se descubren a sí mismos.
Y es por todo esto por lo que nunca deberíamos permitir la transición social o médica de los niños o jóvenes.
Los padres que están en este lío a menudo escuchan que deben afirmar la identidad trans de su hijo o hija o se suicidará, que es una cuestión de vida o muerte, pero ¿es realmente así de simple?
Es hora de darse cuenta de que, cuando los maestros activistas, los clubes LGBTQ+ los grupos de apoyo, los médicos y terapeutas afirmadores, los periodistas que lo celebran y las clínicas de género dejen en paz a los niños y dejen de interferir con el proceso de formación de su identidad, entonces todo saldrá bien- en realidad es solo eso. Así de simple.
By PITT
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