Cómo la cirugía “afirmativa de género” afecta a los cerebros de las mujeres
Esta es una traducción del artículo original: Transition your body, Destroy your mind (genderdissent.com)
La atención basada en “afirmación de género" es un área de la medicina rentable y en crecimiento (131,4 millones de dólares en 2019), pero, debido a las comorbilidades de salud mental de las pacientes, a menudo no diagnosticadas, al dominio de la ideología de género en la sociedad y la cultura, y a la dudosa ética de los tratamientos, todavía se desconoce y desinforma mucho.
Existe información diversa sobre los beneficios y perjuicios de estos tratamientos, pero poco se ha dicho de los estudios que demuestran que la menopausia inducida, inevitable tras la extirpación quirúrgica de los ovarios productores de estrógenos (oophorectomía), puede conducir a una demencia de inicio temprano, una condición devastadora para quien la padece y una enorme carga para la sociedad.
Es dudoso que, cuando una niña o una mujer tiene por primera vez la idea de que le gustaría convertirse en hombre, esté pensando en los efectos a largo plazo sobre su salud. Es más probable que tenga los "objetivos de género" presentados en el paquete de masculinización de las Normas de Atención del WPATH:
"En pacientes FtM (Mujer a Hombre), se espera que se produzcan los siguientes cambios físicos: voz más grave, agrandamiento del clítoris (variable), crecimiento del vello facial y corporal, cese de la menstruación, atrofia del tejido mamario y disminución del porcentaje de grasa corporal en comparación con la masa muscular."
Las intervenciones médicas ("cuidados de afirmación del género") necesarias para conseguir estos efectos requieren tomar testosterona exógena en cantidades peligrosas para el cuerpo femenino. (Para un examen interesante de los efectos, vale la pena consultar este sitio web dirigido a los "trans": https://www.gires.org.uk/should-trans-men-have-a-hysterectomy/).
Aunque no haya empezado su "transición" pensando que le gustaría deshacerse de sus ovarios, en algún momento de su metamorfosis la "transicionante de mujer a hombre" (FtM) probablemente se someterá a una ooforectomía. Algunas ooforectomías se realizan por razones electivas o preventivas, entre las que se incluyen: detener la menstruación que invalida el género y las desagradables pruebas de Papanicolaou, disminuir la necesidad de una dosis peligrosa de testosterona, eliminar el riesgo de cáncer de ovario, útero y cuello uterino, y eliminar la posibilidad de embarazo.
Cualquiera que sea la razón, una ooforectomía no es un paseo por el parque; la eliminación de las gónadas femeninas productoras de estrógeno tiene consecuencias reales, como un mayor riesgo de eventos cardiovasculares y mortalidad por todas las causas. Sin embargo, este mensaje suele ocultarse deliberadamente para la comunidad FtM.
Aunque puede haber diferentes efectos secundarios después de la extirpación de los ovarios en las mujeres que toman testosterona frente a las que no, todas pasarán por una menopausia inducida. Los cambios que se producen en el cuerpo femenino después de la menopausia natural (edad media de 51 años) son conocidos: osteoporosis, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, pérdida de memoria y otras alegrías del envejecimiento. ¿Qué ocurre cuando se induce la menopausia en una mujer comparativamente joven?
Tras una ooforectomía, los niveles hormonales descienden bruscamente en 24 horas. Estas mujeres manifiestan síntomas más graves que los que experimentan las mujeres que han tenido una menopausia natural, como depresión y ansiedad. De forma alarmante, muchos estudios también han mostrado "“tendencias lineales significativas de aumento del riesgo” en cuanto a que, cuanto más joven es la mujer a la que se induce la menopausia, mayores son sus posibilidades de desarrollar un deterioro cognitivo y motor.
Según estudio de 2019 de investigadores de las Universidades de Toronto y Columbia Británica del Norte:
"... se observa un deterioro cognitivo significativo al comparar la cognición antes y después de la cirugía en mujeres más jóvenes con menopausia inducida, particularmente en las áreas de memoria verbal y cognición global. El riesgo de deterioro cognitivo es mayor para las mujeres que se someten a la menopausia inducida antes de los 49 años en comparación con las mujeres de referencia, y el riesgo aumenta con la edad más temprana en el momento de la cirugía. Cuanto más temprana es la edad de la menopausia inducida, más pronunciado es el deterioro cognitivo, especialmente en la memoria episódica y semántica. Además, los niveles más altos de biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer (EA) se asocian a una edad más temprana en el momento de la cirugía. Las mujeres que se someten a la menopausia antes de los 40 años, independientemente del tipo (inducida o POI), tienen peor memoria verbal y visual en comparación con las mujeres con menopausia espontánea."
Un estudio reciente de la Universidad de Shandong confirma que la menopausia antes de los 40 años conlleva un 35% más de posibilidades de sufrir demencia. Las implicaciones para la comunidad FtM, que suele someterse a cirugías que inducen a la menopausia a una edad temprana (23.9±13.8 años en este estudio de 2018 sobre 159.736 histerectomías realizadas a FtM entre 2013-2016) son graves.
Un estudio de 2012 que comparó 2 cohortes, mostró que, cuantas más cirugías ginecológicas tenían las mujeres, mayor era el riesgo de deterioro cognitivo, y plantearon la hipótesis de que la causa era la deficiencia de estrógenos. De hecho, del estudio danés: "La histerectomía con ooforectomía unilateral aumentó el riesgo en un 110%, y la histerectomía con ooforectomía bilateral aumentó el riesgo en un 133%".
Incluso sin las demás complicaciones, el deterioro cognitivo debería ser suficiente para que una persona se lo piense dos veces. Los estudios demuestran que las mujeres pueden ser tratadas con estrógenos para contrarrestar los efectos negativos de una ooforectomía; sin embargo, esto probablemente no es una opción para las mujeres que intentan pasar por hombres y planean continuar con la testosterona durante el resto de sus vidas. Entonces, ¿qué ocurre con las mujeres relativamente jóvenes que se enfrentan a un rápido deterioro cognitivo?
Cuando la demencia afecta a personas menores de 65 años, se denomina demencia de inicio joven. Es más difícil de detectar para los médicos, ya que puede confundirse con la depresión u otras enfermedades, y el diagnóstico suele retrasarse. Los enfermos de demencia de inicio joven pierden muchas cosas. Pueden tener una familia joven a su cargo a la que ya no pueden mantener cuando dejan de trabajar o conducir. Tienen una mala salud en general. Puede haber responsabilidades financieras que no pueden ser atendidas, como una hipoteca o un fondo para la universidad. Puede que necesiten ayuda para realizar las necesidades básicas de la vida, como comer, asearse y comprender su entorno.
Estarán especialmente aisladas, ya que la gran mayoría de los pacientes con demencia son personas mayores, y pueden necesitar plazas en residencias con salas especiales de demencia. Esta enfermedad también progresa más rápido en la población más joven. Este estudio de 2019 muestra que la esperanza de vida "se reduce un 51% en los hombres y un 59% en las mujeres en comparación con la esperanza de vida de la población general en los mismos grupos de edad." Las implicaciones de esto en la sociedad podrían ser graves.
En Canadá, en 1994, el coste financiero de la demencia de inicio joven fue de 389 millones de dólares. El cálculo más básico para reflejar la inflación sitúa esa cifra en unos 750 millones de dólares hoy en día. Podría ser mucho más. Las personas y sus familias se verán afectadas de muchas maneras. ¿Dónde conseguirá el enfermo de demencia de reciente aparición asistencia para la vida diaria? ¿Qué pasará con los menores a cargo que necesiten cuidados? ¿De dónde saldrá el dinero para la investigación?
Es poco probable que en 1994 alguna mujer se sometiera a una extirpación de ovarios para "afirmar el género". Ahora sabemos que el número de estas cirugías ha aumentado exponencialmente. ¿Van a ver más mujeres y niñas la ooforectomía como un complemento natural a la mastectomía radical? ¿Van a ser más los médicos que ofrezcan estas cirugías y los tratamientos posteriores como una opción de estilo de vida financiada por los contribuyentes? ¿Cuántos enfermos de demencia juvenil habrá entre las mujeres que han intentado convertirse en hombres? ¿Quién se hará cargo de ellas y de las personas a su cargo? Algunas FtM tendrán hijos desde antes de la "transición", tendrán parejas con hijos, pospondrán las intervenciones médicas de "afirmación de género" hasta después de tener hijos o congelarán sus óvulos. De hecho, muchas empresas de fertilidad han empezado a acoger a clientes "trans", pero sin avisar de la aparición de la demencia juvenil, naturalmente.
En Canadá se están juntando muchos elementos para crear una tormenta perfecta para que las mujeres quieran escapar a la relativa seguridad de la masculinidad. Están los programas de adoctrinamiento en las escuelas, la proliferación de la pornografía (4 millones de visitas diarias a Pornhub por parte de canadienses), la captura de un gobierno que ni siquiera puede definir “mujer”,
los prejuicios heredados de nuestros medios de comunicación al informar sobre cuestiones de género, y no olvidemos la aprobación del proyecto de ley C-7 (que hace de la "afirmación de género" la única respuesta legal a la disforia de género).
Lo que nadie dice a estas mujeres es que negar su sexo significa negar su salud, su longevidad, su agudeza mental y posiblemente su independencia a una edad temprana. Las personas que las están afirmando hoy en día explotan a estas mujeres y niñas con fines de lucro y en flagrante interés propio. ¿Se supone que es misericordia que la demencia de aparición temprana deje a estas mujeres incapaces de rabiar por su pérdida?
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